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Solo un sábado a la noche, mirando repeticiones de Friends y fantaseando con Jennifer Aniston. Durante años, eso era lo que yo llamaba mi vida amorosa.
Tenía 22 años. Tan en la ruina que no tenía dos centavos. Tan avergonzado acerca de mi cuerpo que no me sacaba la camisa excepto que estuviese solo. Y después de cuatro años en una universidad de grandes fiestas... yo todavía era virgen.
Seguro, había salido con unas pocas mujeres (los segundos de distracción de otro tipo), pero aún ellas nunca regresaron mis llamadas telefónicas.
Y cada vez que me hacía de algunas amigas mujeres, siempre terminaba igual: las seguiría como un perro por todas partes, saltando a la oportunidad de hacerles un favor o escuchar sus problemas... esperando de alguna forma que eso llevase al sexo, pero…
a mis espaldas, simplemente se reían tontamente
Y me llamaban su tampón emocional.
Prácticamente lo único que tenía que andaba en mí era mi cerebro. Verás, siempre me fascinó la psicología y las técnicas de “control silencioso de la mente”... ya sabes, eso “hipnótico” que hacen los grandes publicistas para hacerte abrir felizmente la billetera (y ganan millones haciéndolo, a propósito).
Mi pensamiento era, si pueden usar esto para adivinar lo que la gente quiere comprar, por qué no se pueden usar las mismas técnicas para revelar...
¿qué hace que las mujeres
vayan atrás de ciertos hombres?
Pensé que probablemente desperdiciaba mi tiempo, pero igual seguí con mi investigación... durante 4 años. Y lo que descubrí cambió mi vida amorosa de manera muy, muy grande.
Verás, pasé de este tipo tímido, deprimido que siempre parecía estar usando “ropa interior invisible” cerca de las mujeres... ...leer más detalles
Tenía 22 años. Tan en la ruina que no tenía dos centavos. Tan avergonzado acerca de mi cuerpo que no me sacaba la camisa excepto que estuviese solo. Y después de cuatro años en una universidad de grandes fiestas... yo todavía era virgen.
Seguro, había salido con unas pocas mujeres (los segundos de distracción de otro tipo), pero aún ellas nunca regresaron mis llamadas telefónicas.
Y cada vez que me hacía de algunas amigas mujeres, siempre terminaba igual: las seguiría como un perro por todas partes, saltando a la oportunidad de hacerles un favor o escuchar sus problemas... esperando de alguna forma que eso llevase al sexo, pero…
a mis espaldas, simplemente se reían tontamente
Y me llamaban su tampón emocional.
Prácticamente lo único que tenía que andaba en mí era mi cerebro. Verás, siempre me fascinó la psicología y las técnicas de “control silencioso de la mente”... ya sabes, eso “hipnótico” que hacen los grandes publicistas para hacerte abrir felizmente la billetera (y ganan millones haciéndolo, a propósito).
Mi pensamiento era, si pueden usar esto para adivinar lo que la gente quiere comprar, por qué no se pueden usar las mismas técnicas para revelar...
¿qué hace que las mujeres
vayan atrás de ciertos hombres?
Pensé que probablemente desperdiciaba mi tiempo, pero igual seguí con mi investigación... durante 4 años. Y lo que descubrí cambió mi vida amorosa de manera muy, muy grande.
Verás, pasé de este tipo tímido, deprimido que siempre parecía estar usando “ropa interior invisible” cerca de las mujeres... ...leer más detalles
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